Artículo del Dr. Eduardo Andere en el rotativo Reforma.
Fe de erratas. Dice: “Y hay solución óptima”. Debe decir: “Y no hay solución óptima.”
Las Escuelas y la NOM 035.
Artículo del Dr. Andere en el Reforma hoy: La NOM 035 (la llamada norma antiestrés) para las escuelas y las universidades es una falacia de composición. Sería recomendable que el Secretario Estaban Moctezuma y la SEP buscaran una reforma de la Norma para adecuarla a la situación sui génesis de las escuelas y las universidades públicas y privadas.
Este artículo originalmente publicado en mi Blog en 2015 lo he revisado y reeditado para publicarlo como nueva entrada por la importancia y actualidad del tema.
Título de la conferencia: Una fuerza para el bien: El llamado del Dalai Lama a la acción. Lugar: Washburn Auditorium, Lesley University. Brattle Campus. Fecha: Abril 2, 2015. 16 horas. Conferencista: Daniel Goleman, autor del famoso libro Inteligencia Emocional.
Respuestas:
Nota de EAM: Sobre este tema de los líderes poderosos y el narcisimo hay mucha literatura. En el pequeño libro de mi autoría “Democracia,transparencia y educación: demagogía, corrupción e ignorancia” existe una sección intitulada “Líderes narcisistas, líderes carismáticos” que abunda sobre el tema. México: Siglo XXI Editores. 2018.
¿Quién se beneficia? ¿Me beneficia a mí nada más o a todos los demás? ¿El beneficio es pasajero o para el futuro?
[1]Sobre la amígdala hay mucha información en la red y Wikipedia tiene buenos artículos al respecto. Un par de referencias una en inglés y otra en español para quien quiera profundizar: https://nba.uth.tmc.edu/neuroscience/s4/chapter06.html http://www.um.es/analesps/v20/v20_2/05-20_2.pdf[2]Los corchetes son del autor EAM. [3]Me refiero a este tema con más amplitud en mi libro: La cultura del aprendizaje: hogar y escuela del siglo XXI. http://eduardoandere.net/publicaciones/libros.html[4]La fábula se encuentra aquí: http://www.firstpeople.us/FP-Html-Legends/TwoWolves-Cherokee.html[5]Stanford University, Escuela de Medicina: The Center for Compassion and Altruism: http://ccare.stanford.edu[6]Encontré en Youtube una hermosa interpretación por si quieren escucharla mientras terminan de leer esta nota; pero se aprecia mejor, en un lugar tranquilo cerrando los ojos, reposando la mente y el ser entero, y es preciso escucharlo todo, de principio a fin: https://www.youtube.com/watch?v=UnilUPXmipM[7]http://www.ewg.org/skindeep/
Nueva York. Noviembre 7, 2018. Vivimos épocas de cambios y contrastes. También vivimos épocas de derrumbes de mitos. Hace apenas un par de décadas los sistemas educativos en el mundo se reformaban para enseñarles a los niños las habilidades para vivir en un mundo más global, abierto, democrático y competido.
Tengo en mis manos un libro de 2002 de una prestigiada académica, Nelly Stromquist, titulado: “Educación en un mundo globalizado”. En las conclusiones la profesora dice: “El concepto de ciudadanía está siendo redefinido, de facto, por los altos niveles de migración y por una cultura de globalización (…). Los educadores (…) se enfrentan con pesadas responsabilidades en la era de la globalización.”
Hoy en día, con la caída de las democracias en el mundo (solo 4.9% de la población mundial vive en democracias completas); el aumento de gobiernos autoritarios (la tercera parte de la población mundial vive bajo autoritarismo); con el nuevo proteccionismo, liderado por Brexit y Trump, y la monumental guerra de tarifas entre Estados Unidos y China; con la significativa reducción en la tasa de aceptación de migración de países ricos, al pasar de 3.1 millones de migrantes en 2010 a 2 millones en 2015, y con el aumento de gobiernos nacionalistas o ultranacionalistas, populistas o conservadores, y la entronización en el seno de la ONU, por parte de Trump, supuesto “líder del mundo libre”, de jerarcas totalitarios, se pinta un panorama poco promisorio en el corto plazo para la humanidad.
Para los nuevos líderes emergentes que pregonan políticas nacionalistas y proteccionistas, contrarias a las fuerzas del mercado, y al interés común, su arma de popularidad ha sido la creciente, persistente y percibida desigualdad entre los pocos muy ricos y los muchos muy pobres que ha dejado la renovada Pax Americana a partir del deshielo de la Guerra Fría, 1990. En estas condiciones, para estos líderes es muy fácil echarles la culpa a los extranjeros de todos lo males internos, o a la corrupción de todas las desgracias de la población.
Sin embargo, ni los extranjeros ni la corrupción son los peores enemigos de la nueva era proteccionista. El verdadero enemigo es la ineficiencia o “corrupción cínica” detrás de la posvozpopular.
En muchos casos de las decisiones gubernamentales no hay ilegalidad o corrupción, pero sí ineficiencia o despilfarro. A veces los costos de la ineficiencia o despilfarro pueden ser superiores a los de la ilegalidad o corrupción. No existe un delito que tipifique la ineficiencia.
En las democracias simuladas, como la estadounidense, la mexicana, la británica o la brasileña donde los líderes no ganan en una justa de ideas razonadas y fundamentadas en los hechos sino con base en posverdades (distorsión deliberada de una realidad con el fin de influir en la opinión pública) el peligro es que en los plazos mediano y largo el daño sea generalizado sobre todo para quienes apoyaron (posvoz) la idea oculta detrás de la posverdad.
Se requiere de líderes profundamente auténticos y éticos, antes conocidos como estadistas, que sean capaces de analizar la verdad o la realidad detrás de una auto-imagen narcisista alimentada por la “posvoz” populista (idea de que la voz populista, por ser mayoritaria, es verdadera o correcta).
El martes pasado en un día lluvioso, nublado, y propicio para el boleto republicano (porque la gente sale a votar menos en días lluviosos y entre menos votantes el resultado se carga más hacia el partido del elefante) se llevaron a cabo las elecciones de medio término. Tal y como se esperaba, los republicaron ganaron y aumentaron la mayoría en el Senado pero la perdieron en la Cámara Baja. Esto implica, por lo menos para dos años, un gobierno dividido. Lo cual es bueno, en este caso, para todos.
Trump ha demostrado una impresionante capacidad de comunicación a través de Twitter y lo seguirá haciendo con posverdades. Lo que ha resultado en una sociedad dividida y segregada, con posiciones extremas que buscan grandeza en el proteccionismo, y odio a todo lo que es diferente; lo que no es “americano”. Trump, como otros líderes de este nuevo siglo, confunden el significado del ciudadano decente, en el mejor sentido aristotélico. No es la condición de estadounidense, mexicano, británico o brasileño lo que hace al buen ciudadano; si la condición de buen ciudadano lo que hace al buen estadounidense o mexicano.
Así como debemos re-pensar los beneficios de la transparencia en contraste con los costos económicos de la ineficiencia, debemos re-pensar los beneficios de la democracia en contraste con los costos de la posverdad y la posvoz. La posverdad es al líder como la posvoz es a los seguidores.
Si queremos un futuro iluminado para nuestros hijos, necesitamos más integración y menos polarización; necesitamos más verdad y menos simulación; más transparencia y sobretodo más eficiencia. Un líder auténtico debe, por supuesto, pensar en los costos de la corrupción, pero también de la ineficiencia.
Mis siguientes libros se encuentran en formato electrónico y también en pasta blanda :
1. La escuela rota: sistema y política en contra del aprendizaje en México
2. Director de escuela en el siglo XXI: ¿jardinero, pulpo o capitán?
3. Democracia, transparencia y educación: demagogia, corrupción e ignorancia
¿Qué pasará con la educación, con la SEP, con el INEE, con la evaluación de maestros? ¿Continuará la reforma educativa?
Viviremos algunos meses de incertidumbre. Recordemos que el lenguaje de los políticos en campaña es diferente al lenguaje de los gobernantes y legisladores. En campaña nada importa más que ganar las elecciones. Así que las verdaderas intenciones se sabrán en algunas semanas más, una vez que tengamos gobernantes y legisladores electos. Sabemos lo que ellos han dicho en sus plataformas y en los debates. La información más reciente es la del debate del martes 12 de junio pasado. La ventaja de lo dicho en el debate sobre lo dicho en las plataformas es que todos nosotros escuchamos de las bocas de cada uno de los candidatos lo que ellos harían. En cambio, lo que está escrito en sus plataformas pasa por muchas plumas que enfatizan o suavizan, pero que no necesariamente refleja el pensamiento exclusivo de los candidatos.
Con base en dicho debate, los tres candidatos punteros dijeron, entre muchas otras cosas, lo siguiente:
López Obrador (LO) que “cancelará la mal llamada reforma educativa” principalmente en lo que toca a la evaluación de maestros y su rendición de cuentas. Si la reforma educativa tiene en grandes rasgos dos componentes: 1) la evaluación, idoneidad, ingreso y promoción de docentes y directivos; y, 2) el nuevo modelo educativo (es decir los nuevos currículos y libros de texto), hasta ahorita lo único que sabemos es que LO está más preocupado por el primer tema que por el segundo. Lo que dijo claramente es que preparará una nueva reforma educativa con los maestros y los especialistas y que mandará iniciativas al Congreso. Preparar una reforma toma tiempo. Mientras tanto hay normas que cumplir y ejecutar. El nuevo ciclo escolar comienza en agosto de 2018, más de tres meses antes del cambio de gobierno. Cualquiera que sean las intenciones, la reforma continuará para el próximo ciclo escolar. Si viene algún cambio será para los siguientes ciclos escolares. ¿Por dónde vendrán las ideas y los puntos finos de la nueva y “auténtica reforma educativa” de LO? Tenemos que esperar para ver. Hasta que su equipo de transición, en su caso, empiece a consultar, analizar y ventilar propuestas sabremos por dónde irá. Por lo pronto, el enorme transatlántico de “la educación” zarpará en agosto de 2018. Cambiar su inercia llevará tiempo y será costoso. Así le sucedió al Titanic.
Ricardo Anaya (RA) fue menos preciso por cuanto a la Reforma Educativo, dijo, palabras más o palabras menos, que no permitirá que las plazas se vendan o hereden. Y luego se enfocó al tema de la tecnología, de las brechas digitales y de la capacitación de maestros más que la evaluación. Pero, en esencia, dijo que sostendría lo fundamental de la reforma educativa. Como RA a diferencia de LO sí mencionó una medida que no requiere aprobación del Congreso, sí es posible observar, analizar y criticar. Dijo, si no me equivoco, que le entregaría un teléfono inteligente a toda la población y que a todos los estudiantes de educación media superior y superior les entregaría una tableta. Bueno, estas son medidas completamente populistas y rechazadas por la literatura seria en la materia. No es regalando artilugios tecnológicos como se mejorará la educación de los niños y jóvenes, o reducirá la desigualdad tecnológica y socioeducativa del país. Puede ser inclusive hasta contraproducente. Este punto sí es claramente negativo. Sí mencionó algo importante respecto al gasto reducido dedicado a la capacitación de los maestros por debajo del gasto destinado a la evaluación. Este es un punto positivo de reflexión para reorientar la política de evaluación educativa junto con las acciones de capacitación y profesionalización docente. Cuando Leonardo Curzio le hizo la pregunta “qué era mejor, si evaluaciones con base en muestras aleatorias o censales”, RA, notablemente se confundió sin saber técnicamente a lo que Curzio se refería.
Finalmente, el más moderado de todos, que en general sostuvo en casi todas las áreas que la solución era seguir haciendo, más o menos, lo que se ha hecho, es José Antonio Meade. Con él la Reforma Educativa continuaría prácticamente sin ninguna modificación, se consolidaría.
Lo realmente preocupante, en el fondo, para México y los mexicanos, es que los tres candidatos punteros, en mi humilde opinión, lucieron por el desconocimiento de las causas del problema educativo y las formas de resolverlo; prefirieron las acusaciones mutuas que las ideas novedosas y apropiadas. Además, se puede entrever en su lenguaje de política educativa, que no han estudiado a fondo la forma en la que los gobernantes y legisladores pueden ayudar a mejorar la educación. La retórica no ayuda.
Hay una buena noticia. No importa qué hagan, no importa por dónde se vaya el enfoque personalísimo de su política educativa, existe algo que ellos no pueden afectar. ¿Qué es eso? El aprendizaje. El aprendizaje es, en realidad, una función de la intimidad pedagógica que ocurre en el hogar y en el aula. En el nivel del aprendizaje de los cerebros de cada uno y de todos nosotros, lo que realmente importa, no es tanto el recurso o el discurso, sino la interacción humana entre los maestros y sus alumnos, entre los padres de familia y sus hijos.
Con o sin reforma educativa, la función de aprendizaje, es un debate entre el cerebro y la mente, una interacción humana entre los líderes pedagógicos y los aprendientes. Es la decisión personal de tomar un libro, hacer ejercicio, comer sanamente, tocar un instrumento, crecer, en lugar de ver televisión, usar los artilugios tecnológicos sin fines pedagógicos o productivos, estancarse en el diván o comer sin control cognitivo cualquier cantidad de azúcar y comida chatarra. Hasta donde yo percibo, eso no depende de ninguna política o reforma educativa, depende sí, de la interacción humana; de una decisión no de ser los mejores sino de ser mejores. No importa qué hagan los candidatos, si lo que hacen las escuelas y los maestros, lo que hacen los padres de familia, es fomentar una cultura de aprendizaje.
En el póker de la educación, la cultura de aprendizaje mata a la política educativa.
Mi columna del día de hoy en el Reforma
Un líder, etimológicamente, es la persona que guía, dirige o va a la cabeza. Es, por tanto, un concepto neutral; no tiene ninguna adjetivación y menos moral. A los líderes entonces los puede uno calificar como líderes morales o líderes corruptos; líderes grandiosos o nefastos.
En el mundo escolar, los directores son líderes, simplemente porque están a la cabeza de la organización; como lo son los directores de las empresas. Pero, por lo general, cuando uno se refiere a una persona como líder, automática o heurísticamente el cerebro lo piensa como alguien con una meta positiva.
Al igual que con muchos otros conceptos, el ser líder como ser educado, no significa tener un rasgo moral, positivo. Por ejemplo, se requiere mucha habilidad para dirigir al crimen organizado o para sintetizar droga, o para diseñar un fraude financiero que engañe a millones de personas como ocurrió con la Gran Crisis de 2008 en Estados Unidos, o engañar a los mismos reguladores gubernamentales expertos en emisiones contaminantes y vender alrededor de 11 millones de carros con aparatos defectuosos como sucedió con el escándalo detonado en 2015 con la Empresa Volkswagen, u obnubilar a los votantes de muchas democracias con líderes que ofrecen políticas y acciones irresponsables en abuso de la ignorancia o falta de información de sus clientelas, como ocurrió con el famoso referéndum Brexit u ocurre con la demagógica campaña política de Donald Trump en Estados Unidos.
Irónicamente estas crisis de liderazgo han llamado la atención de investigadores académicos para revisar los modelos educacionales de universidades y escuelas en el mundo para entender qué se ha hecho mal o qué se puede hacer mejor para formar a verdaderos y positivos líderes que hagan la diferencia.
La tarea de las organizaciones, tanto gubernamentales como particulares o sociales, es buscar a líderes con ciertas características, que al menos avancen los intereses de las organizaciones. Pero los líderes también tienen sus propios intereses y cuando éstos superan a los colectivos, bueno, en realidad son líderes egoístas, es decir, líder-“egos”; un término que he trastocado o corrompido para distinguirlo del término correcto.
En el mundo de las escuelas, con sistemas educativos que se transforman año tras año, porque no acaba de entenderse lo que es importante de lo que no es, el papel de los maestros y directores, como líderes pedagógicos y educativos es crucial para orientar a sus comunidades hacia las bondades de la educación y el aprendizaje.
Para compartir mis propios hallazgos al visitar escuelas y entrevistar, en un lapso de 12 años, a 350 directores de “clase mundial” y estudiar la literatura correspondiente, ofreceré un seminario intitulado Líder Escolar XXI. El evento se realizará en la Ciudad de México los días 15 y 16 de agosto, pero el último día para inscripción a precio reducido es el 14 de julio de 2016. Más información aquí: Líder Escolar XXI