Las escuelas del futuro
Por Eduardo Andere M.
¿Cómo serán? Ciertamente muy distintas a las actuales, pero todo dependerá de qué tan lejos coloquemos la mira. En diez años, las escuelas del mundo, unas más que otras, se parecerán mucho a las actuales, pero con más artilugios, más modernos, más y mejor conexión a Internet. En diez años todavía nos referiremos a las escuelas como ambientes o comunidades de aprendizaje aunque literalmente no lo sean. Algunas escuelas tratarán de ser modernas por cuanto a los espacios abiertos, iluminados, aulas o edificios polivalentes, más jardines, más estudios de arte, menos libros y más laptops, tabletas, teléfonos inteligentes, o aparatos similares. Sin embargo, el gran brinco vendrá entre 20 y 30 años, cuando las escuelas en lugar de crecer en tamaño se reduzcan; los tiempos de los niños en los planteles como los conocemos hoy disminuirá, y los «ambientes de aprendizaje» serán los parques, las bibliotecas (que se llamarán centros de aprendizaje), los museos, los bosques, las áreas verdes, las empresas y los hogares. La escuela estará más cerca a la fuente del saber sensorial, para que los niños tengan experiencias directas con el tema de la «lección» en turno.
Ya existen en el mundo escuelas sin muros, techos, aulas, instalaciones físicas; con maestros entrenados para enseñar física, matemáticas, lectura, arte, deportes y ciencias, directamente en los ríos, lagos, montañas, bosques, estadios.
Lo que ahora hacen algunas escuelas de manera esporádica o excepcional, en diez años será la regla.
En la era del conocimiento comprimido (a través de una tableta o un teléfono inteligente) será todavía más importante que los niños tenga una experiencia RICA de aprendizaje, al ver, oler, tocar, mirar el fenómeno o evento de la lección directamente. Entre más rápido mudemos de tipo de escuela, mejor para el cerebro. Así que quien quiera adelantarse sería oportuno empezar ahora. El cambio podría ser gradual; pero que se dará, parece inevitable. Parafraseando a David Hume, el padre de la psicología cognitiva: no es lo mismo ver a una mariposa plasmada en una fotografía o en un «power point» que en su hábitat natural. No es lo mismo pensar en cruzar el río que cruzar el río.
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