La calidad de la educación y el aprendizaje. Una nueva educación.
Por Eduardo Andere M.
Hoy la SEP y el INEE dieron a conocer los resultados de la prueba PLANEA. La prueba tuvo dos versiones, una con base en muestra aleatoria y otra por censo. La primera fue aplicada por el INEE y tiene el objeto de medir resultados del sistema en su conjunto PLANEA INEE. La segunda fue aplicada por la SEP y tiene el objeto de apoyar a la mejora escolar y de los aprendizajes. Los resultados de ésta última se darán a conocer de manera similar a como se daban en la extinta prueba ENLACE PLANEA SEP. Como están basados en la misma metodología los resultados en teoría deberían ser los mismos tomando en cuenta los ajustes estadísticos correspondientes a muestras diferentes.
La metodología de PLANEA fue diseñada por el INEE como lo marca la ley. Se trata de una prueba más robusta, estricta y rigurosa que sus antecesoras. PLANEA se parece más a PISA que a lo que se parecía a su antecesora EXCALE, en la medida que trata de medir más habilidades que conocimientos. Y una comparación metodológica con ENLACE y EXCALE es muy limitada. No son pruebas pensadas para ello, aunque el INEE presentó los resultados con una comparación parcial para reactivos similares con su prueba EXCALE. En esta comparación aparece una reducción en los resultados.
La prueba se aplicó en matemáticas, lenguaje y comunicación y habilidades para la convivencia para los grados de sexto de primaria y tercero de secundaria, aunque se publicaron solamente los resultados para las dos primeras. Seguramente el INEE elaborará, como en otros casos, informes completos con todo y análisis de factores asociados y componentes principales.
Los resultados son muy desfavorables, tanto en lenguaje como en matemáticas. El porcentaje de la población de primaria que se encuentra en el nivel más bajo de desempeño, de cuatro niveles, en lenguaje es de 49.5%; en matemáticas 60.5%. En secundaria, en lenguaje el 46% de la población estudiantil se ubicó en el nivel más bajo de desempeño y en matemáticas el 65.4%. Y esos son los promedios, que además no incluyen a los estados de Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas. Si estos estados hubieran sido incluidos el desempeño nacional habría sido todavía más bajo.
La baja calidad no solo es el problema. La inequidad en los resultados por entidad federativa, sostenimiento, grado de marginación y nivel de urbanización de la población es aún peor. No solo tenemos un sistema educativo de baja calidad sino inequitativo y segregado. La historia del fracaso continúa. Ni la sociedad ni el Estado fueron capaces de revertir los pésimos niveles educativos conocidos en los primeros tres lustros del nuevo siglo. Pero justo es decir que estas cosas suceden en el mundo. Finlandia se cayó fuertemente de 2003 a 2012 en matemáticas en PISA y México aumentó casi en los mismos puntos que Finlandia cayó de 2003 a 2012. La evaluación estandarizada nos ofrece una parte de la historia pero no toda.
El nuevo gobierno inició una nueva Reforma Educativa consagrada en la Constitución en febrero de 2013. De ahi se derivaron sendas nuevas leyes del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, del Servicio Profesional Docente y General de Educación. En ciernes, de acuerdo con el gobierno, están acciones para la modificación de planes, programas y materiales educativos, formación inicial y continua de los docentes y directivos e infraestructura escolar, además de otras medidas como escuelas de tiempo completo, reparto de artilugios tecnológicos y sistemas de información y administración.
La Reforma Educativa también centralizó en la federación aún más la política educativa y dejó a los estados en una posición todavía más operativa que la reforma de 1992-1993.
Es muy temprano para saber si la reforma ocasionará cambios. Mi opinión es que si la reforma educativa no se acompaña con propuestas más profundas para combatir la probreza, disminuir la iniquidad y la segregación, eliminar la corrupción y cambiar la cultura de la familia con relación a la importancia de la escuela, dentro de 15 años repetiremos la historia de los últimos 15. En el 2003 publiqué mi libro «La educación en México: un fracaso monumental» y ahi sostuve que las cosas no solo no estaban bien sino que no se perfilaba un futuro mejor. Bueno, el futuro llegó y la educación se quedó atrás. Por el bien de todos y de México, necesitamos una mejor educación. Nada supera a la educación.
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