En mis viajes a escuelas del mundo he visto de todo: dentro, fuera, controlados. En mi artículo “Apaga tu iPhone; no ignores”, señalé los peligros del uso excesivo del teléfono inteligente. Un excelente artículo del maestro Tyler Rablin propone sacar a los teléfonos del aula. El tema central es que por su diseño y el de las aplicaciones, el teléfono inteligente va en contra del aprendizaje, produce ansiedad y, además, es adictivo. La respuesta es: sí, sacarlos del aula para estudiar y de la recámara para dormir. En general, controlar su uso. La tecnología digital de comunicación es maravillosa, pero si no la usamos bien nos puede hacer superficiales, ignorantes, juiciosos y mentirosos.