¡¿La muerte de ENLACE?! Si no muere por lo menos cambiará
Por Eduardo Andere M.
El lunes 3 de junio empezó la aplicación de la prueba ENLACE básica, ronda 2013. El número de escuelas y alumnos que participaron es todavía incierto pero oscilará alrededor de las 121 mil escuelas y 14 millones de estudiantes. Al día de hoy (junio 13, 13) el portal de ENLACE en http://enlace.sep.gob.mx/ba/ no ha publicado los datos.
Al igual que en otras ocasiones debo resaltar el enorme esfuerzo logístico de la SEP a través de la Dirección General de Evaluación de Políticas dirigida por la tres veces transexenal y muchas más veces trans-titular Lic. Ana María Aceves, y de la CONALITEG, dirigida por Joaquín Diez-Canedo Flores, designado recientemente. Los equipos de trabajo de ambas organizaciones merecen halago.
Pero, más allá de la logística, ENLACE ha sido dolor de cabeza para unos y triunfo para otros. A la luz de la histórica Reforma Educativa, conceptualizada en la reforma constitucional de los artículos 3º, 73 y Transitorios de febrero pasado, la pregunta es: ¿Permanecerá, desaparecerá o se transformará ENLACE?
El año 2013 es de transición. Por ello, a pesar de que la Constitución entroniza al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, como la máxima autoridad de evaluación del país; y no obstante que sus cinco gobernadores provienen de las filas académicas que bien entienden el daño que le hacen al proceso enseñanza-aprendizaje las pruebas de alto impacto, tipo ENLACE, hoy por hoy, la SEP tiene por disposición de la Ley general de educación y su reglamento interior, la atribución de conducir la política educativa y la política de evaluación del país. Por eso, ENLACE, con o sin INEE autónomo o no, continúa.
Si uno se sigue por el mandato Constitucional (Art 3º, fracción IX, incisos a y b) cuando dice: “Corresponderá al Instituto [INEE] evaluar la calidad, el desempeño y resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior [y para ello deberá] a) [d]iseñar y realizar las mediciones que correspondan a componentes, procesos o resultados del sistema; b)[e]xpedir los lineamientos a los que se sujetarán las autoridades educativas federal y locales para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponden” la interpretación lógica sería que el INEE ocupara la posición actual de la SEP, que según la Ley general de educación todavía le corresponde respecto de la evaluación del sistema educativo nacional (Artículo 12, fracción XII).
Por supuesto que la mandato Constitucional tiene mayor jerarquía, pero mientras el Congreso de la Unión no expida la legislación secundaria y adecue las leyes a la Carta Magna, el tema está en el tintero de los negociadores políticos y administrativos, i.e., Pacto por México, Los Pinos, SEP, legisladores, gobernadores y grupos de interés.
Y es que el Poder Constituyente Permanente fue sabio o inocente, porque el lenguaje utilizado puede dar origen a cualquier interpretación a nivel secundario. Y en este nivel imperará la ingeniosidad de los abogados legislativos, cuando redacten los renglones de la norma secundaria. La misma SEP debe andar preocupada con el futuro de ENLACE, Evaluación Universal y el Concurso de Plazas. ¿Por qué? Porque en un extremo de la interpretación jurídica, la mismísima SEP estaría a las “órdenes” del INEE, que en realidad se trata de cinco prestigiados académicos expertos en educación, pero no necesariamente en política y alta política educativa. Aquí es donde hoy, los redactores de la Reforma Educativa Constitucional podrían pensar que se les pasó la “salsa federal” y el “sabor académico”.
Por otra parte, si bien la Constitución, como lo vimos arriba, habla de “evaluar la calidad, el desempeño y resultados del sistema educativo nacional” será la ley secundaria la que determine ¿qué se entiende por sistema educativo nacional?. El todo no es necesariamente la suma de sus partes. Pero si se trata de Sistema como un todo, evaluaciones con muestras aleatorias, de bajo impacto, como la ha venido haciendo el INEE desde 2003, son suficientes. Observemos, además, que mientras la Ley general de educación actual se refiere con todas sus palabras a “exámenes” (artículo 12, fracción VII, artículo 30, párrafo segundo) la Reforma Constitucional no menciona la palabra examen ni con eufemismos. A como están las cosas, la SEP, bien podría quedarse con la evaluación de alto impacto tipo ENLACE, Evaluación Universal y el Concurso de Plazas, y el INEE con la evaluación del Sistema, más o menos como lo ha hecho hasta ahora, pero con más categoría.
¿Qué será? La rebatinga legislativa secundaria debe estar a todo lo que da. De cualquier manera ENLACE cambiará.
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