La más poderosa Dirección General de la SEP jamás vista

Este es el contenido de mi columna en el rotativo Reforma del 14 de octubre de 2023 (que acompaño como imagen) con una pequeña modificación entre corchetes:

La súper DG de la SEP[1]

Por Eduardo Andere M.[2]

La política educativa del NEM de AMLO para cumplimentar el derecho a la educación previsto en el artículo 3º de la Constitución y en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas es contradictoria.

Históricamente la satisfacción a dicho derecho se ha medido con la asistencia a la escuela. En la medida que la asistencia (tasa de matriculación) a la escuela primaria en todo el mundo ha aumentado al pasar de 4.2 en 1820 y 35.3% en 1920 a 89.4% en 2018, la principal preocupación en la tercera década del siglo XXI es educación de calidad referida al desempeño o aprendizaje de los estudiantes. 

Con este preámbulo ¿es la NEM la panacea para una educación con calidad (o excelencia), o más bien la llave para ahondar el fracaso educativo? La NEM se puede evaluar bajo dos vertientes principales: presupuesto y marco curricular (plan de estudio, programas de estudio y libros de texto gratuitos, LTG).

El presupuesto destinado a la educación se redujo en términos nominales y reales de manera considerable al pasar de 2019 al 2020 y a partir de ahí se ha mantenido estable, inclusive considerando lo presupuestado para 2024. Aun así, el gasto en educación ha perdido importancia en relación con el gasto social total (del cual el gasto en educación forma parte). En 1990 el gasto en educación absorbía casi el 45% del gasto social total. En el 2022, esa participación ha descendido a 24.5%, su nivel más bajo.

Para regar sobre mojado, uno de los rubros más afectados en los presupuestos de la SEP de AMLO es el “programa 247” para el “desarrollo profesional docente” que para todos los niveles recibiría en 2024 $276 millones. Si le agregamos otros rubros de carrera magisterial como el presupuesto de USICAMM y recursos de la Dirección General de Formación Continua a Docentes y Directivos y otras direcciones el presupuesto ascendería a $1900 millones de pesos. Por el contrario, el rubro más beneficiado por AMLO es el de La Escuela es Nuestra [que otorga la mayor parte de recursos a las escuelas públicas a través de los padres de familia para instalaciones y equipo] y que asciende para 2024 a un poco más de 28 mil millones de pesos. Es decir, el presupuesto de la Dirección General La Escuela es Nuestra de la SEP, es casi igual al presupuesto de la SHCP o representa el 85% del presupuesto del CONAHCYT, o el doble del presupuesto del INEGI. Una súper Dirección General.

La literatura de los factores asociados al aprendizaje de los alumnos concluye que el factor escolar que más impacta el desempeño estudiantil es la calidad del docente y el que menos es la infraestructura y equipamiento de la escuela. Paradójicamente el primero recibe recursos exiguos; el segundo, ilimitados. O sea, en sentido contrario de lo que debería ser si la idea es mejorar calidad, cobertura y equidad.

La segunda vertiente de la NEM, más difícil de evaluar. Pero a la luz de la fuerte oposición en los círculos académicos en contra del Plan de estudio y de los LTG y de la forma tan draconiana en la que entraron en vigor, es muy probable que los resultados pobres de aprendizaje que ya teníamos y que la pandemia acentuó, se vean todavía más afectados por el desaire presupuestal.

Hace unas semanas la MEJOREDU publicó los resultados de su evaluación diagnóstica que muestra un fuerte descalabro en los aprendizajes. PISA 2022, cuyos resultados se publicarán los primeros días del próximo diciembre, confirmará lo que MEJOREDU y otras evaluaciones han hallado. Por tanto, la NEM con todo y su fuerte despliegue propagandístico no le hará ni cosquillas a la calidad de la educación. Por el contrario, no solo se perderá aún más aprendizaje, sino que se aumentará la brecha entre los estudiantes que tienen recursos para buscar materiales educativos adicionales y contratar diferentes tutores o maestros y los niños y jóvenes en desventaja económica cuya única opción es una escuela sin posibilidades de allegarse nuevos recursos.


[1] Nota: Este texto es una versión ligeramente modificada con corchetes por el autor a la versión que se publicó el 14 de octubre de 2023 por el rotativo Reforma.

[2] Investigador visitante de la Universidad Boston College y afiliado en México a Credomex. 

Crea una web o blog en WordPress.com